La práctica de yoga trae consigo muchos beneficios para la salud mental y física, especialmente durante el embarazo. Precisamente, durante esta etapa, hay que cuidar aspectos tan importantes como la alimentación e impulsar la práctica de ejercicio físico. Es en este punto en donde entra en escena el yoga: una manera divertida y saludable de poner en funcionamiento nuestro cuerpo con muy pocos recursos.
Antes de sumergirte en este mundo, debes consultar a tu médico si puedes realizar las ‘asanas’ (posturas) sin que ello ponga en peligro tu salud y la de tu bebé. En caso de obtener su visto bueno, tienes que proveerte de una esterilla y poner actitud en cada ejercicio y técnica de respiración que realices.
Fuente:Guíafitness
Como ya hemos dicho anteriormente no necesitas grandes recursos para practicar yoga. Si quieres puedes hacerlo en tu casa tranquilamente, guiada por los contenidos de algún manual o video explicativo. También tienes la posibilidad de acudir a alguna clase donde un profesor/a te oriente en los ejercicios que tienes que realizar.
Fuente:Macrosano
En general, los beneficios de la práctica de yoga para una mujer embarazada incluyen el aumento de la fuerza y el alivio de los dolores y las molestias. Además de que enseña a respirar, a estar en equilibrio, y a abrir las caderas para el parto, también alivia la ansiedad y ayuda a dormir mejor, tal y como señalan en En Buenas Manos.
Durante los ejercicios, se recomienda elegir un lugar fresco y beber abundante agua para mantener una hidratación adecuada.
Fuente:Crecer Feliz
Por último, las mujeres embarazadas que quieran practicar yoga tienen que tener en cuenta una serie de precauciones. Así, tal y como señalan desde Embarazo y Parto, deben mantener la espalda recta para facilitar la respiración y evitar cualquier presión sobre la tripa. Además, a partir del cuarto mes de embarazo, no se deben acostar sobre la espalda.