¿Habías oído alguna vez del famoso llamador de ángeles? Seguramente hasta que no estuvieras embarazada o tuvieras una amiga, una hermana o una prima embarazada nunca hayas oído hablar de él.
El llamador de ángeles es una bolita redonda en cuyo interior se encuentra un pequeño cascabel o esfera que al chocar con la bola emite un sonido suave. Muchas embarazadas lo llevan a la altura de la tripa para que su bebé pueda oírlo dentro de la tripa.
En muchas culturas el llamador de ángeles se regala a las mujeres embarazadas para ofrecer protección a la futura madre y también al bebé que lleva en su interior. De esta manera se mantienen al margen enfermedades y se permite que el bebé crezca sano y fuerte.
El sonido de la bola calma al bebé cuando se encuentra en el vientre de su madre y cuando nace reconoce el sonido que ha escuchado durante varios meses, lo cual le ayuda a relajarse y a dormir con mayor rapidez.
Normalmente los llamadores de ángeles suelen ser de metal plateado. Pueden ser de plata, entonces son más caros, o simplemente de metal. En el interior de la esfera se ponen unas pequeñas campanitas, tipo cascabel o también pueden ser fragmentos de metal o de cristal. La idea es que con el movimiento, la fricción o el choque de las piezas con el metal produzcan un delicado y armonioso sonido en una frecuencia muy baja, que muchas veces ni es oído por las personas que se encuentren alrededor.
Normalmente las embarazadas empiezan utilizar este tipo de colgante cuando el bebé empieza a moverse en su tripa.
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